- El ambiente en el que se desenvuelve el mundo de la Biblia es eminentemente rural y campesino, propio de aquellos tiempos. El Evangelio de hoy es fruto de esa cultura rural. En él Jesús nos habla de algo que era muy común ver en la tierra de Palestina: la viña.
En el Antiguo Testamento la imagen de la viña suele ser muy frecuente. Isaías habla de una viña que Yahvé cuidaba con mucho esmero, pero su gran desilusión fue ver cómo a la hora de producir frutos, dio uvas amargas en vez de dulces (Is.5,1-7). Esa viña infecunda y corrupta era el pueblo de Israel (Jerem.2,21).
Jesús asume esta alegoría del Antiguo Testamento y le da una nueva visión: Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador… Vosotros sois los sarmientos” (Jn.5,1.5). Los sarmientos por sí mismos, no tienen vida, la reciben de la viña. Cristiano que no esté unido a Cristo, aún no ha pasado a vivir la vida nueva, a ser el hombre nuevo: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada” (Jn.15,5).
Sin embargo, yo quisiera fijarme hoy en un detalle que la alegoría de la vid no pasa desapercibido y creo que es de suma importancia. Jesús nos avisa sobre la necesidad de la “PODA” para que la vid produzca buenos y abundantes frutos (Jn. 15,2).
- Se llama “poda” a todo ese conjunto de actividades que se llevan a cabo en las plantas y árboles para quitarles las ramas superfluas con el fin de regular su desarrollo y fructifiquen con más vigor.
La poda, por tanto, conlleva
- eliminar las partes enfermas del árbol,
- cortar las ramas inútiles o envejecidas,
- y despojarse de todo follaje estéril.
Pero el fin de la poda no es sólo lo negativo de lo que se elimina, sino lo positivo del fin que se persigue: que el árbol dé más y mejores frutos (Jn. 15,2).
LA VIDA NUESTRA ES COMO LA VIDA DE UN ÁRBOL: Lo nuestro es dar frutos y cada día más abundantes y mejores (Jn. 15,8.16). Nuestra vida se identifica por los frutos que da, como decía Jesús: “Por los frutos los conoceréis” (Mat. 7,16.20).
Por eso, LA PODA, es necesaria llevarla a cabo también en nuestra vida con el fin de que nuestros frutos sean cada día más abundantes y buenos.
- Son muchas las ideas inútiles que tenemos y nos meten, y que sólo son auténticos comecocos.
- Son muchas las palabras, obras y actitudes que tomamos que, más que hacernos bien, nos hacen bastante daño a nosotros y a los demás.
- Son muchos los temores y egoísmos que alimentamos, y que nos impiden vivir y actuar según los valores del evangelio.
HAY MUCHA HOJARASCA INÚTIL Y DAÑINA EN NUESTRA VIDA QUE TENEMOS QUE ELIMINAR, Y QUE NOS IMPIDE CRECER Y DAR LOS FRUTOS QUE DEBERÍAMOS.
- ¡Cuánta PODA habría que hacer en nuestro mundo de la política para que efectivamente los que trabajan en ella, den frutos de bienestar para el pueblo y para cada uno de sus ciudadanos sin distinción alguna!
- ¡Cuánta poda habría que hacer en nuestros ministerios y servicios públicos para que dejen de poner tantas trabas onerosas a la hora de hacer lo que se tiene que hacer: servir con prontitud y eficacia a cada uno de los ciudadanos!
- ¡Cuánta poda habría que hacer para evitar de una vez para siempre ese mundo podrido de la corrupción!
- ¡Cuánta poda habría que llevar a cabo en nuestra Iglesia, en nuestras parroquias, en nosotros mismos para que, unidos a Cristo y purificados en su gracia, podamos dar los frutos que Cristo nos pide!
HAY MUCHA HOJARASCA INÚTIL Y DAÑINA EN EL MUNDO DE LA POLÍTICA, DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS, DE LA ECONOMÍA Y DE LA FAMILIA.
- ¡Cuánta poda habría que llevar a cabo en nuestra Iglesia, en nuestras parroquias, en nosotros mismos para que, unidos a Cristo y purificados en su gracia, podamos dar los frutos que Cristo nos pide!
+ El afán de poder entorpece nuestra misión que es SERVIR.
+ La iglesia está llena de palabras inútiles y de mensajes que
entorpecen la fe.
+ Hay mucha hipocresía en nuestros rezos, en nuestros
cultos, pues no son sino expresiones de una vida vacía.
HAY MUCHA HOJARASCA INÚTIL Y DAÑINA DENTRO DE NUESTRA MISMA IGLESIA Y SUS RESPONSABLES Y ES NECESARIO PODAR TODA ESA HOJARASCA PARA QUE LA IGLESIA DÉ EL FRUTO QUE JESÚS ESPERA DE ELLA.
- La poda es necesaria para que
el árbol de la vida crezca y sus frutos sean cada vez más buenos y abundantes.
- No podemos refugiarnos bajo la sombra de árboles llenos de hojas, pero sin frutos algunos. Jesús maldijo la higuera porque no tenía frutos (Mat. 21,19).
- No podemos refugiarnos bajo la sombra de la mentira y la hipocresía que nos mantiene en la apariencia de un ser que no somos y de una palabra que no vivimos.
NECESITAMOS ESA PODA, MUCHAS VECES DOLOROSA, PORQUE SIGNIFICA RUPTURA, PERO SIEMPRE BENEFICIOSA PORQUE NOS LLEVA A DAR LOS FRUTOS QUE DIOS Y LA VIDA ESPERAN DE NOSOTROS. LAS PODAS SON NECESARIAS PARA QUE LOS FRUTOS SEAN MÁS BUENOS Y ABUNDANTES.
Padre Pedro Heredia Martinez
Sacerdote diocesano, de Linares (Jaén) ESPAÑA